Con un hueco en la grilla de programación, y hasta la llegada de Showmatch, El Trece sacó de la galera de Ideas del Sur un ciclo que pudiera ocupar un lugar los viernes. No obstante con el correr del tiempo, y con los bajos números de las ficciones de Pol-ka, el reciclaje convirtió a Soñando por cantar en un programa diario. Al mismo tiempo el enroque más importante se dio puertas adentro, en el alma del ciclo comandado por Mariano Iudica. Las primeras presentaciones abundaron cantantes golondrinas que eran despachados por el jurado y sus palancas. La risa era parte del reality mientras algunas voces se mostraban interesantes. No obstante al agregar días a su emisión, lentamente el certamen viró en un encuentro popular donde cada provincia podía "mostrar" al país la cultura local mientras los artistas muestran la magia. Esta nueva versión del show mucho más emotiva lejos está de albergar personajes que puedan hacer del escándalo y la pelea una herramienta.
Los buenos resultados mandaron y mientras los números suben, el ciclo giró hacía el costado emotivo de Ideas del Sur.
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