El unitario de Canal 13, que se encuentra en su etapa cúlmine, supo sumergirse en la historia de una familia que vive del negocio del porno. Lo vintage, lo kitsch y lo barrial confluyen en la propuesta estética de la ficción de Pol-Ka.
Propuestas como la de Condicionados agitan la pantalla chica. La trama erótica, la industria de la pornografía, un lenguaje adulto con alto calibre de insultos supusieron un cambio en el tono de lo que se puede ver en la televisión actual. El planteo estético de cómo debía verse esta "familia del porno", no podía quedar librado al azar.
La Lorna que interpreta Soledad Silveyra está entre el estilo de una Bo Derek actual y una ex gatita de Porcel. Las referencias a los ochenta y noventa, su época de esplendor como actriz XXX, aparecen con sus animal prints rabiosos, el cabello enorme, la fascinación por lo ajustado y desbordante.
Leticia Bredice en su rol de Darling es otro derroche de color y desfachatez. Sea con los dorados y las telas elastizadas, o en sus papeles de porn star como de encuerada dominatriz o de esclava egipcia de cotillón.
Y en el medio está la vida de estos personajes, entre lo que soñaron y lo que no fue. La casa-estudio de filmación donde viven, que amenaza con caerse y que a penas sigue en pie.
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