¿Cómo crees que la gente va a recibir Dale la tarde, tu nuevo ciclo en compañía de Mariano Iúdica para El Trece?
Es un nuevo desafío. Siempre quiero superar mi marca, siempre pienso "y ahora qué", sino me aburro. Vibro en el caos, en el quilombo.
Yo vibro en el pivoteo, eso me define a mi. Me cuesta hacer una sola cosa, ordenadamente. Dale la tarde es un desafío más. Me propone la televisión de hoy, porque yo fui conductora en vivo con El show de la tarde (2003) donde no existía la retroalimentación de la tele. Donde vos decías algo y no salías en todos lados.
La televisión de hoy es minuto a minuto, si funciona, si no funciona. Si no funciona hay que cambiar el switch. Esta televisión no la reconozco y es un desafío aprenderla. Mariano (Iúdica) sabe mucho de eso. Es un tipo que se maneja muy bien en esas aguas. Él sabe cual es es el momento de tensión, donde aflojar. Yo voy a aportar mi impronta, la manera que tengo de encarar los temas, mi manera de pensar la vida. Mi alegría, quién soy yo y la clase de humor que tengo frente a las cosas.
¿Cómo ves tu interacción con Mariano Iúdica?
La química nació en un móvil, el primer día que salió al aire el Bailando que Charlotte Caniggia no era conocida. Nosotros estábamos haciendo un móvil porque me tocaba bailar ese día. Y él me dice "acompañame y vamos a preguntarle un par de cosas a Charlotte". Hicimos un móvil que creo que fue de 45 minutos donde él me iba guiando con señas y lo iba siguiendo. Yo estaba disfrazada y tomábamos mate.
Nos fuimos a vestuario, nos fuimos a peinado y la verdad que ahí nos dimos cuenta que teníamos química . Ahí vio la producción que teníamos química. Mariano tiene algo re lindo. Es muy generoso, no es competitivo, me cuida un montón. El pivotea entre el productor y el conductor y siempre me está cuidando, me está observando a ver si estoy bien, que puede mejorar, en que me puede ayudar. A mi me gusta mucho trabajar así porque yo también soy de esa forma. Nos escuchamos. La gente dice "uh, dos personalidades tan fuertes".
No, al contrario nos ayuda justamente a bajar. A no sentir que hay uno que la está remando solo y el otro nada. Nos fuimos equilibrando. Nos vamos a divertir mucho y si nosotros nos divertimos la gente se va a divertir. El secreto cuando estuve en El show de la tarde fue ese. Nosotros lo pasábamos bien. Va a pasar lo mismo. Eso la gente lo disfruta mucho. Ojalá que la gente tenga ganas de vernos y que el programa encuentre su lugar, su nido.
¿Cómo te ves armando parejas con el regreso de "Yo me quiero casar, ¿y usted? como un segmento dentro del programa?
No se, lo voy a descubrir. Hasta que no arranque el programa no puedo decir lo que me va a pasar, pero me entusiasma como si fuera una niñita. Estoy entusiasmada con la situación. Me pasa algo como en el Bailando. De un tiempo a esta parte estoy buscando hacer cosas que me diviertan, que me hagan feliz, que me lleven a un lugar lindo. Que saquen lo mejor que tengo para dar. Tengo expectativas en ver cómo manejaré yo cierta situación, donde me pararé. Salir de la zona de confort, de la adrenalina que da…Una vez me tiré de un paracaídas hace muchos años, es un poco eso. -¿No creés que Bailando 2012 fue un gran salto en tu carrera? Fue un salto bastante grande. Me dio la posibilidad de un año muy lindo, a pesar de ese final bastante épico, que si lo hubiéramos tenido que armar no se daba. Pero más allá de ese final vulnerable fue un año muy divertido para mí, donde pude salir airosa de todos los temores y prejuicios que tenía que era el de caer en escándalos. Fue una linda experiencia y creo que Dale la tarde lo va a ser también. Presente, pasado y futuro -Este año cumplís treinta años en la televisión desde Festilindo (1983) y volvés a El Trece con Dale la tarde donde comenzaste.
¿Qué análisis hacés?
Encontré desde muy chiquita mi deseo. Supe que quería actuar, bailar y cantar a los 6, 7 años y no hice otra cosa en mi vida. Pude ponerle acción al deseo y mi manera de expresarme me ha dado la posibilidad de vivir de esto. Todo el camino transitado, todo lo que he hecho, todo lo que me ha pasado fue importante. Cada uno en su medida, fracasos o éxitos, más fallidas, menos fallidas para llegar a ser lo que soy hoy. Que soy una mujer más madura, que tengo dos hijos que pienso con 38 años en el legado. Los artistas, y todos supongo, necesitamos pensar en la inmortalidad de algo. Como somos seres mortales uno se pregunta cuál va a ser mi pequeño aporte, mi parte inmortal. Me gustaría que algo que yo hice haya modificado a alguien. El balance es más que positivo. Ayer me llegó un mail de una mujer que hace musicoterapia en el Hospital Garrahan con niños enfermos terminales. Y me puso algo asi como "más allá del mal momento que estás viviendo quiero que sepas que acá en el Garrahan nosotros armamos todos los tratamientos de los chicos para que ellos puedan ver Casados con hijos y si vos vieras las alegrías y las sonrisas que les sacás a personas que se debaten entre la vida y la muerte y a sus padres te darías cuenta que eso es lo importante, Flor". Te juro que lloraba mientras lo leía, el mail es muy largo y de mucho agradecimiento y decía que esos niños y esos padres por ese rato se olvidaban de su problema, que era el saber si iban a vivir o morir. Rescato que desde que me dediqué al humor hay mucha vuelta, mucha gente que se siente muy agradecida cuando uno hace reír.
¿Cómo ves este año para El Trece y para la televisión?
Creo que es algo cíclico. He sido figura 15 años en El Trece y 15 años en Telefe. La verdad, la taba es como que se va dando vuelta para unos y para otros. Creo que va a ser un año interesante. No creo que las balanzas desbalanceadas, valga la redundancia, sean buenas. Siempre creo que lo mejor es cuando la cosa está más pareja. Porque cuando alguien pierde mucho y otro gana mucho me parece que eso no ayuda. Aún cuando ganaba El Trece. Y cuando algo pierde a la gente no le da ganas de hacer cosas. Cuando la competencia es sana, cuando se hace lo mejor para que funcione ahí es cuando se pone mejor la cosa. Y yo vislumbro, intuyo, huelo que este año va a ser así. Más parejo. El canal va a tener la novela con Natalia (Oreiro) y con Adrián (Suar) muy fuerte. Telefe tiene también lo suyo. Nosotros con una apuesta distinta para la tarde como lo fue en su momento Mañana informales. El programa tiene un formato, una identidad propia, una personalidad. No responde a ningún programa, respondemos a nosotros mismos. Es la posibilidad de tener figuras y grandes invitados, que no haya escándalos. No tejer maldades, no funciono de esa forma. No lo hago y no me gusta que lo hagan conmigo. -Hablaste de maldades y no puedo evitar preguntarte por el tema de tu video
¿Cómo sentís que fue tratado el tema desde la tele?
En este momento es muy difícil darte una apreciación porque estoy tratando de entender qué fue lo que pasó. Lo único que tengo para decir es que me pareció un acto de maldad enorme y que es importante que tengamos una ley que nos ampare de estas cosas. Porque lo que se cometió con nosotros fue un delito y la idea es encontrar quienes fueron los culpables y que se hagan responsables. -Volviendo a tu carrera. Pasaste por muchos géneros en la tele, sitcom, comedia clásica, drama, telenovela, conducción.
¿Qué te queda pendiente?
Despunté el vicio en el año con Tiempos compulsivos, pero me encantaría hacer un unitario de Pol-ka. Con un personaje fijo, esa es una cuenta pendiente. Pero después me doy cuenta que tengo muchas cuentas pendientes porque van apareciendo proyectos y digo "eso no lo hice nunca", "eso me encantaría hacerlo". Me encantaría, se trabaja muy bien en Pol-ka.
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